Muchas de las reflexiones hechas aquí giran en torno al sistema de consumo. El documental Comprar, tirar comprar: obsolescencia programada nos muestra muy bien otro de los factores fundamentales para que el consumo sea permanente y siempre creciente. La caducidad de los productos y el habitual hecho de que cueste menos comprar algo nuevo que reparar lo estropeado, nos sumerge en un circuito sin fin de consumo y derroche de los recursos naturales. Todo esto tiene que ver con el control de la oferta y la demanda por parte de las grandes empresas, que siguen viendo cualquier bien (material o inmaterial) como una mercancía.
Pero recordemos que no está todo perdido y que no podemos perderlo. En los últimos años y debido también a la dificultad de mantener un nivel de gastos superior al de ingresos, han ido surgiendo múltiples experiencias que tienen que ver con sistemas y circuitos alternativos de consumo y producción. Estas experiencias, que no son nuevas de ahora y que además guardan una estrecha relación con las formas de relacionarse comercialmente de manera tradicional e historica, están en auge y es sorprendente ver como cada vez se multiplican más, en diferentes entonos, ideas y buenas prácticas que tienen que ver con el consumo y la producción.
Tenemos la parte teórica del asunto: decrecimiento, soberanía alimentaria, economía social...