miércoles, 21 de septiembre de 2011

Víctimas, culpables, marionetas, borregos...

Ha sido todo calculado por los anfitriones del poder, parecía no escaparse ningún detalle...

La gran mayoría de la población viviendo bajo el umbral de la pobreza, exclavizados en fábricas...campos... mano de obra barata que "cuesta menos que la bala que les mata"...

Mientras el porcentaje mínimo necesario, viviendo en el falso estado de bienestar, alienados, encerrados en un ciclo vital impuesto, consumir, producir, "entrar en la rueda es automutilarse cual faquir ... " de casa al trabajo, del trabajo a casa, vivir para trabajar, trabajar para pagar... y la televisión, los grandes medios e industrias de la publicidad como cancerberos, atentos al mínimo ápice de coherencia, humanidad o planteamiento nacido de cualquier mente, para deborarlo, aniquilarlo, fulminarlo... para que no miremos más allá de nuestro ombligo, para que no destapemos sus mentiras...

De esta manera nos convierten en sustentores de las injusticias, en zombis que vagan por la vida sin plantearse el por qué de las cuestiones, consumidores en potencia las 24 horas del día, sumergidos en una rueda que no deja pensar en nada, y que por tanto, no actúa.

Los que quedan se comen el pastel, manejan la vida, quién vive, como vive, cuanto vive...
Y de ese grupo, un numero mucho menor son los amos del mundo, los controladores de la economía, los dueños de las grandes multinacionales... porque hoy en día ya no gobiernan los políticos, el estado ha quedado en segundo plano y son los mercados los que marcan las pautas de actuación...

Todos somos victimas y culpables, estamos manipulados si, pero también es nuestra responsabilidad escapar de este plan de muerte, plantar cara y plantearnos nuevas formas de organización, de relación, de consumo, de cuidados, de saber estar, de respeto y convivencia... la convivencia de las diversidades y la eliminación del pensamiento único.

Siempre es el mejor momento para comenzar a caminar hacia un mundo más digno, para con nosotros y nuestro entorno.

Dejemos de alimentar este sistema que nos oprime, cada acto de consumo es un acto político, es una carta blanca o un toque de atención...

Si nos gobiernan los mercados hagámosles boikot, plantemos cara, dejemos de jugar con sus reglas...

El cambio comienza en los pequeños aspectos de nuestras vidas, en nuestros entornos más cercanos, y de ahí como una marea, extendiéndose a cada rincón de este putrido sistema.

Esto es... sucia realidad hecha añicos.

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