domingo, 21 de agosto de 2011

40 grados bajo reflexión

Me sorprende, me resulta extraño, encomiable...

Agosto.
7 de la tarde

Un aire denso, espeso, cálido... demasiado cálido, condensado... de ese tipo de condensación que provoca que no te llegue apenas el oxigeno, que te pesa sobre el cuerpo y te aplasta contra cualquier superficie horizontal, dejándote inmovil, inactivo, apenas capaz de plantear cualquier pensamiento que no sea fantasear con brisas frescas acariciándote y líquidos helados refrescando tu gaznate.

Esa era la situación... pero a pesar de ello, allí, sobre un suelo emanador de todo el calor recogido durante todas las horas del día, reposaban con libreta en mano y sentados en circulo, algunos hombres y mujeres del pueblo.

Y no es que esté hablando de un pueblo, sino que era el mismo PUEBLO el que allí se reunía, o al menos lo que quedaba de él.

Alguien toma turno de palabra, alguien plantea una propuesta, alguien informa de algún hecho a tratar....

...¿estámos reflexionando? ¿es cierto? esto...¡esto es una asamblea! y no es la única de la semana...hay muchas y están por todas partes...

¿cuándo había ocurrido esto antes?

Los movimientos sociales de base, activos durante gran parte del año, siempre han entrado en estado de letargo entre los meses de junio y septiembre, probablemente por las condiciones climáticas del entorno, la cultura y las costumbres.

Agosto siempre ha sido un desierto...pero..¿qué estaba pasando ahora?
¿Tal es el ansía de compartir con voz propia los problemas e inquietudes que nos unen?

No ha habido descanso desde el 15M, sin tregua, sin prisa pero sin pausa, sin fuerzas a veces pero con esperanza siempre...como un despertar imparable...

A veces me entra vértigo pensando en Septiembre, cuando la ciudad regrese a su ritmo habitual, cuando todos volvamos a encontrarnos y volvamos al duro trabajo que es el de construir un mundo juntos, nuestro, de todos...

¿Será esta la revolución definitiva?

Quisiera creerlo... es complicado sin duda, pero prefiero la utopía al realismo y me quedo con una frase que le escuché a un hombre en una de las ya habituales ágoras que tenían lugar en la recien tomada "Plaza del Pueblo": tenemos dos opciones, la dificil y la imposible, la dificil es la que estamos comenzando ahora... la imposible: la situación que tenemos actualmente a nivel local y global, esto es ya insostenible...

¿Qué más hace falta para que digamos basta de verdad?

¿Cuántos siglos de historia? ¿cuántas guerras a nuestras espaldas? ¿cuánta sangre, dolor, egoismo, incomprensión...?

¿Qué nos pasa, que todo pasa sin que pase nada?


Esto es... o todos juntos o todos muertos...

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